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Nunca dejes de creer

01 de Noviembre de 2017

El Textil Escudo comienza noviembre con un 2-2 ante el Vimenor, tras obtener de forma agónica Adrián en el descuento el tanto que situaba las definitivas tablas en el marcador.

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Por Óscar Arcones.

FOTÓN de @muroderichi que capta a la perfección la felicidad del gol en el descuento

 

Las sensaciones vienen y van y parece mentira cuando se vuelve la vista atrás y se rememora lo que somos capaces de vivir y sentir durante noventa minutos cuando juega nuestro equipo. Nuestro equipo es el Textil Escudo y tras siete encuentros de marcadores positivos, una racha que no se lograba en décadas en la Tercera División, dos derrotas consecutivas habían empezado a provocar que alguno se apeaba voluntariamente del carro. Como las ocasiones más claras durante la primera mitad fueron del Textil Escudo, la confianza creció nuevamente en cierto sector y los que creemos les dimos la bienvenida, gustosos y felices de compartir ilusiones.

Pereda dio un par de avisos, aprovechando el periodo de aclimatación de los jugadores locales al encuentro en miércoles, pero eso fue pan comido para Alberto, que lo resolvió con acierto. Y desde ahí, las llegadas tuvieron color local, por medio de Pablo Iglesias y después de Sergio Alechiguerra, que lo probó desde el medio campo, buscando su distancia, pero se encontró con Samu, muy atento ahí y algo afortunado tres minutos después en una contra resuelta con centro de Raúl desde la derecha y tiro al muñeco de Sergio.

No había tiempo para lamentaciones pensaron los locales, dominadores del encuentro aunque carentes de acierto rematador, con buenas llegadas de Pablo Iglesias, Sergio o Perujo. La consigna visitante era clara, frenar la velocidad en las transiciones del Textil Escudo con faltas reiteradas que sin embargo no hacían mella en el ánimo de los de Pablo Lobeto. No parecía justo irse al descanso sin que el marcador se decantara del lado local, así que la confianza se disparó en una salida rápida de los locales pillando descolocada a la zaga del Vimenor, con un envío de Edgar a Sergio, que se deshizo del meta en la salida fuera del área y se escoró en demasía a la hora de culminar, saliendo su disparo fuera por muy poco.

Sensaciones positivas que se fueron reduciendo, porque el Vimenor salió mucho más combativo e insistente en la segunda mitad. Era el momento para el ventajista de acordarse de los ausentes, infravalorando a aquello que es el gran patrimonio de este club junto a la afición, la cantera, que tuvo protagonismo durante casi toda la segunda mitad cuando Ayerra sustituyó a un Perujo aún en fase de mejora pero siempre enchufado.

A balón parado, con un córner muy cerrado, Lucho anotó el 0-1, aunque la reacción local no se dilató y Sergio tuvo un minuto después un acercamiento para mostrar el camino del empate. Sin remate, el Textil Escudo empezaba a arriesgar cada vez más, pero ante el visitante Raúl, Alberto se mostró seguro para robarle el balón en el mano a mano. Bruno disparaba duro y Samu reaccionaba bien, hasta que Pereda decidió poner a prueba el estado de ánimo de los aficionados, resolviendo con maestría una acción individual con disparo raso y ajustado.

Entraron Jonny, que redebutaba en casa tras unos años de ausencia y otro canterano, Chiki, en busca de una reacción postrera en la que no muchos parecían creer, pero esto es fútbol y en el Juan María Parés, cayendo la noche, a veces suceden cosas. Cosas como que Raúl dispare con una fe que pocos compartían y su balón se envenene tras tocar en un defensor y bese las mallas. Apenas se celebró, porque la sociedad de la información, las parabólicas o el fútbol en la tele han cercenado un poco los sentimientos y el aficionado cada vez analiza más y se apasiona menos.

No todos somos Maldini, aunque empecemos a peinarnos parecido, así que valgan estas líneas para reclamar más pasión en los campos, más entrega de la afición con los suyos, como sucedió en un descuento que empezó con polémica por una falta que el colegiado tardó en señalar, pero finalmente confió en su juez de línea. Ahí si que el Juan María Parés creía, y aunque Raúl disparó la falta al borde del área besando el larguero, la sensación en tiempo de descuento era que algo podía suceder. Y ocurrió con una acción de centro lateral, en la que Chiki controló en el área y asistió a Adrián, en labores de delantero centro improvisado.

 Y el capitán no nos falló y remató al fondo de las mallas para generar el más bonito de los delirios, la verdad del gol gritada en un campo de fútbol y un empate que sabe a oro porque sirve para mantener la octava posición y porque ayuda a que el carro vuelva a subir su nivel de ocupación, y todos hablaremos mañana mucho más felices de nuestro Escudo y su capacidad para salir adelante cuando todo parece perdido. Nunca dejes de creer, siendo del Escudo es algo que no merece la pena.

TEXTIL ESCUDO: Alberto, Edgar (Jonny, min.77), Dosal, Adri, Bordas, Bruno, Pablo Cano, Pablo Iglesias (Chiki, min.83), Raúl, Perujo (Ayerra, min.51) y Sergio.

VIMENOR: Samu, Rio, Berti, Lucho, Medi, Calle, Manti (Pablo, min.87), Dosal, De Cos (Jacobo, min.84), Pereda y Raúl (Chuchi, min.75).

GOLES: 0-1 Lucho (min.59); 0-2 Pereda (min.77); 1-2 Raúl (min.83); 2-2 Adrián (min.93)

ÁRBITRO: Stoyan Lazarinov Kalchev, amonestó a Adrián, Bruno y Bordas del Textil Escudo y a Lucho, Berti, Raúl y Samu del Vimenor, expulsando a sus técnicos Marcos Valdés y Joaquín Burruchaga en el minuto 91.




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