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La satisfacción de sumar de tres

21 de Enero de 2018

Un gol de Aitor en la recta final del partido valió al Textil Escudo para imponerse al Selaya y seguir acercándose al primer objetivo, el de la permanencia en la Tercera División.

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FOTO: @muroderichi capta el momento del gol de Aitor

Por Óscar Arcones.

 

La vida se compone de momentos y cada fin de semana aguardamos con ilusión nuestra cita con el Textil Escudo para que nos ayude en la difícil tarea de que un buen domingo se convierta en maravilloso. Depende de muchos factores, pero fundamentalmente se resume en tres puntos: aquellos que el equipo suma en caso de vencer.

Porque nos encanta ver jugar bien a nuestro equipo, que en esta temporada ha tenido buenos momentos de juego, principalmente ante los grandes, pero aunque nos sentimos orgullosos de esa buena imagen, en una competición se trata de sumar, de vencer. Y más cuando ganar es cuestión de necesidad, porque avanzan las jornadas y empezamos a pensar en cumplir con lo previsto, porque si algo está siendo esta temporada el Textil Escudo es aplicado para no esperar al final y convertir en un excesivo sufrimiento las últimas jornadas ligueras.

Como alumno responsable, el equipo salió frente al Selaya dispuesto a sentenciar lo antes posible y que la tarde discurriera por el camino de la placidez en una jornada primaveral en enero. Hasta los defensas del equipo visitante echaban una mano, pero no hubo acuerdo entre todos, ya que Marcelo, el meta del Selaya, quedó señalado porque se empeñó el romper el acuerdo.

En el primer minuto la zaga pasiega regaló un balón a Perujo, que se internó en el área con premura, cayendo derribado en el área. El colegiado señaló penalti y desde los once metros Perujo quiso encarrilar el triunfo, pero Marcelo comenzó su boicot al triunfo adivinando la intención del diez cabezonense. Lo paró, pero el Textil Escudo no cejó en su empeño, así que en el minuto siete Adrián Mier filtró un balón a Raúl, que robó la cartera al defensa y chutó abajo ante la salida del meta visitante, que intervino con acierto para desbaratar la ocasión.

Tenía el dominio absoluto del partido el equipo local, cuyos jugadores buscaban asociarse para inquietar a la defensa del Selaya, que se veía superada en las internadas por banda, principalmente por medio de Perujo pero el último pase siempre se encontraba con un jugador visitante, que despejaba cada vez que el balón se acercaba a la portería de un Marcelo que buscaba arañar segundos y dominar el tiempo del partido. El reloj corría en favor del Selaya pero el Textil Escudo en esa primera mitad no se resignaba a que el destino del choque estuviera predestinado al 0-0, pero no llegaba el remate o el disparo se marchaba arriba. Tuvo en sus botas Bruno la ocasión más clara, sin disparar en el área pequeña tras un envío de Perujo en el que rompió una vez más a la zaga, que se rehízo para tapar el disparo del siete textil.

Al descanso se llegó con empate a cero, con una sensación de dominio local que no se materializaba, dando paso a un segundo tiempo en el que la confianza visitante pareció crecer. Marcelo contagió a sus compañeros y el dominio del Textil Escudo no parecía tan evidente. Guillermo cabeceó fuera, Perujo rompió a su par en el área y cayó pidiendo penalti, pero la bota arrebatada no fue suficiente indicio para que el trío arbitral decretara pena máxima.

El camino del gol se difuminaba a medida que la noche caía sobre Cabezón de la Sal y todos los peores augurios del Textil Escudo se vieron reflejados en la entrada de Pablo Iglesias en el terreno de juego, porque la mala fortuna persiguió al delantero comillano una vez más. En su primera acción, en una disputa con un defensa, cayó lesionado del tobillo y se vio obligado a ceder su sitio a Adri seis minutos después de entrar al terreno de juego, generando una sensación de desasosiego entre los aficionados a los que cada vez les costaba más creer en ganar.

Hasta el Selaya se mostraba mejor en la faceta ofensiva, pero la zaga textil siempre evitaba el descalabro. Y para romper un partido condenado al cerocerismo tan aburrrido...sobredosis de locura, la que sitúa en el minuto 85 al lateral izquierdo en la frontal del área para recoger un rechace tras tiro de Cano y con su pierna derecha, esaa que cada vez es mejor, puso el balón en el único lugar donde Marcelo no podía llegar. Disparo abajo de Aitor y gol para desencadenar la apoteosis en el Juan María Parés Serra, tanta que su camiseta con ese cinco convertido en tres (puntos) voló sobre el césped, como mejor muestra de liberación.

Y hasta el final...prisas del Selaya y seguridad del Textil Escudo para no dejar escapar un triunfo que costó asegurar, pero que demuestra que sumando de tres, la alegría suele ser mayor.

TEXTIL ESCUDO: Alberto, Adrián Mier (Pablo Iglesias, min.63, sustituido en el min.69 por Adri), Dosal, Gonzalo, Aitor, Guillermo, Bruno, Pablo Cano, Raúl, Jonny (Bordas, min.63) y Perujo.

 SELAYA: Marcelo, Eliseo, Julio, Pablo, Román, Cobo, Julián, Manu (Keven, min.87), Gede (Conde, min.57), Tomás (Jesús, min.77) y Jaime.  

GOLES: Aitor (min.85).  

ÁRBITRO: José Luis Bolívar Rodríguez, amonestó a Guillermo, Dosal y Aitor, del Textil Escudo y a Cobo, Manu, Julián y Jesús, del Selaya.




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