La vida deportiva se compone de distintos avatares, de momentos que en ocasiones obligan a cambiar de rumbo, pero las experiencias previas ayudan a que los regresos no sean tan difíciles. Para Pablo, Esparza, Mario o Javi, la temporada 2019-20 significa el regreso a la disciplina del Textil Escudo, para intentar ser importantes en la temporada de debut en Primera Regional. Varios ya se vistieron de corto en el triunfo 1-2 ante el Ribadedeva del sábado, pero lo verdaderamente importante y esperado será la liga, con el aperitivo apetecible de la Copa FCF a disputar en Cabezón de la Sal.

El más veterano entre los nuevos es Mario Lobeto, que a su labor como jugador de Primera Regional unirá su trabajo en la cantera entrenando al Juvenil B. Su experiencia resultará importante para sus compañeros y tras compartir con ellos los primeros momentos en su análisis destaca que "tenemos un equipo joven, con ganas de aprender e intentar competir para estar lo más arriba posible". En los últimos años ha competido en las filas del Santiago Galas en esta Primera Regional, así que su conocimiento le permite confiar en las posibilidades del filial "porque veo que el equipo puede estar ahí". En el Textil Escudo Mario afirma encontrarse "muy cómodo y aunque por edad (28 años) y experiencia podría ser veterano, al ser nuevo tendré que ponerle las ganas de un debutante", destaca el nuevo jugador textil.

Javi Poo regresa al Textil Escudo tras jugar la pasada temporada en el Comillas y de estas primeras semanas a las órdenes de Pozueta destaca que "está siendo bastante dura, pero era lo esperado y yo me estoy sintiendo bien". Esas buenas sensaciones en el equipo vienen dadas "porque he jugado con la mayoría de los compañeros y eso ayuda mucho". Preguntado sobre los objetivos Javi Poo prefiere ser cauto "porque lo primero que tenemos que hacer es asegurar la permanencia.. Y luego lo que vaya viniendo", afirma el delantero.

Recién acabada su etapa juvenil, que durante un año le trajo ya al club, Javier Esparza regresa al Textil Escudo procedente de la cantera del Barquereño. Natural de Unquera, Esparza se decidió a fichar por el equipo "porque mi compañero Michael me habló bien del equipo y de momento me estoy viendo bien y estoy muy contento". Su buen hacer en el trabajo diario ha servido a este mediocentro de buena planta para entrenar en alguna ocasión con el primer equipo:"Estoy encantado de poder subir e intentar hacerlo lo mejor posible" y en el horizonte un sueño, el de poder debutar en Tercera División "ojalá, sería muy bonito", expresa con una ilusión y ganas que también se traducen en esfuerzo sobre el campo".

En el Textil Escudo dio sus primeros pasos en el fútbol el más alto de los protagonistas, el defensa Pablo Herrera, que después pasó a la cantera del Reocín y dejó aparcado su hobby durante unas temporadas. El año pasado el Valdáliga llamó a su puerta y Pablo, de 22 años, regresó al fútbol. De esa experiencia destaca que "pese a que finalmente descendimos, me sentí muy a gusto en el equipo y les deseo lo mejor para este año" y con su experiencia del pasado año en Primera también apuesta por la cautela "aún es pronto y la categoría es dura, pero si hay intensidad y compromiso de todos, creo que será buena", pronostica el cabezonense. Para tomar la decisión de volver, Pablo reconoce que "tengo muchos amigos jugando aquí y eso ayuda, y además tenía pendiente jugar en este césped", el de un Juan María Parés Serra que ya está deseoso de verle en acción junto a Esparza, Javi, Mario y el resto de compañeros, que se esfuerzan por convencer a Pozueta de que tienen sitio para competir en Primera Regional en su año de regreso al Textil Escudo.